El piloto chileno comienza a sentirse mejor en Bolonia, aunque sabe que le falta mucho para estar listo. Por ahora quiere concentrarse sólo en recuperarse.
El viernes fue el primer día en que Francisco López pudo dormir bien. Cerró los ojos y vivió seis horas de sueño plácido, sin sobresaltos, sin tantos dolores. Fue una semana dura en el Ospedale Maggiore, de Bolonia. Debió aguantar largos drenajes en el pulmón izquierdo sin anestesia, las molestias en las costillas y los recuerdos más claros del accidente que sufrió el miércoles antepasado, en la cuarta etapa del Rally de Túnez.
"Iba fuerte, pienso que a unos 140 km/h. Frené de golpe y traté de controlar la moto, pero fue imposible, la inercia era mucha. Le pegué a una piedra de casi un metro y salí volando sobre un roquerío", hacía memoria, el último viernes, a través de un comunicado de prensa.
Las consecuencias con conocidas: fracturas en el tobillo y metatarsianos derechos, fractura de escápula, fractura expuesta de la muñeca derecha y falanges, luxofracturas de tibia y peroné, fractura cervical alta a nivel C5 y C6, edema pulmonar derecho y contusión cerebral.
Nada ha sanado aún, pero de a poco empieza a dejar atrás los malos momentos. Como él mismo dice, "los días ya empiezan a ser más lindos", aunque sabe que el proceso de recuperación está lejos de terminar.
La televisión se escucha de fondo en la habitación donde lo acompañan su hermana Ana María y su asesor Carlos Jimeno. Su voz se escucha mucho mejor de lo esperado. A lo largo de la conversación con La Tercera, se irá apagando, cansado de hablar tanto, aunque lo normal para alguien que viene de pasar nueve de los peores días de su vida.
"Estaba complicado en Túnez, porque me pusieron mucha morfina. Estuve así tres o cuatro días y no entendía mucho lo que pasaba. Cuando llegué a Italia me sacaron la morfina y comencé a darme cuenta de las lesiones y dolores que tenía".
Un piloto está más o menos preparado para los accidentes. ¿Me imagino que no para uno como este?
Nadie está preparado. Si alguien lo pensara, no se subiría a una moto. En ninguna competencia uno piensa que le va a pasar algo, uno va a pasarlo bien. Pero, lamentablemente, el riesgo en este deporte está siempre presente. Si lo pensara nuevamente, eso de pasar por estos dolores, sería muy difícil que me subiera otra vez a la moto. Pero uno que es deportista y tiene una mentalidad ganadora, nunca piensa de esa manera.
Podría volver la próxima semana
"Tengo que revisarme de mis fracturas, para hacer un buen tratamiento. Una semana más o 10 días, estaremos viajando en un avión clínica. Aún falta operarme de la mano derecha, pero eso lo haré en Chile. Acá han hecho un trabajo pensando en el pulmón, que era lo urgente", dice López.
Es que, por ahora, no tiene claro la fecha de regreso, pues el drenaje al pulmón izquierdo se extenderá hasta mañana y así no es tan claro que le den el alta el miércoles, como se pensaba. Pese a ello, no descarta que la próxima semana regrese. Todo dependerá de la decisión que tomen sus doctores en Chile, Sergio Valdés y Fernando Radice, quienes desean que "Chaleco" vuelva pronto para iniciar la recuperación que durará entre tres o cuatro meses. Recién después de eso, podrá subirse a una moto otra vez.
Ellos podrían pedir el alta y trasladarlo en un avión clínica, en el que volaría con un médico, un anestesista, una enferma y Ana María López, su hermana. Se trata de un jet que hoy está en Alemania y cuyo costo es de US$ 150 mil dólares.
La opción de hacerlo en un avión comercial extendería su estada en Bolonia, debido a que debería estar mucho más recuperado de sus lesiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario