lunes, 25 de enero de 2010

Marcos Patronelli entró en la historia del deporte motor



Marcos Patronelli, con un Yamaha, se convirtió el primer argentino en ganar el raid, al vencer en cuatriciclos; "La satisfacción es tan grande que todavía no caigo", confesó el piloto oriundo de Las Flores.

La gente lo esperaba a él. Al margen de los grandes vehículos, de la asombrosa parafernalia que transporta el Dakar, ese joven arriba de un cuatriciclo fue el gran protagonista de la gran carrera. El mediodía apacible en Bolívar, en el corazón de la provincia de Buenos Aires, se estremeció cuando llegó Marcos Patronelli. Como por arte de magia, aparecieron banderas argentinas, carteles, papelitos y los gritos de una multitud que hasta el momento estaba adormecida.

Aún con el vehículo en marcha -todavía no se había frenado-, Marcos se quitó las antiparras y el casco y se dirigió a donde estaba su amigo Juan Pablo Grassi, a quien abrazó y sobre cuyo hombro derramó las primeras lágrimas.

Marcos es un muchacho duro. No suele emocionarse por nada. Sin embargo, el sacrificio, el trabajo, el año de preparación, las frías mañanas de entrenamiento en su Las Flores natal, los programas sobre las dunas de la costa atlántica y finalmente un Dakar con más de 9000 kilómetros pasaron por su mente al llegar al último punto de control, en el parque de Bolívar.

"No lo puedo creer. Jamás soñé con algo así. En 2009 viví situaciones parecidas y ahora este regalo del cielo. Se lo agradezco a Dios, que me permite ser un privilegiado por sentir esta satisfacción que es tan grande que aún no caigo", fue lo primero que dijo Marcos Patronelli, a bordo de una Yamaha, el primer ganador americano de un Dakar, al imponerse en los cuatriciclos.

"Este Dakar fue muy difícil. Es cierto que esta carrera se disputa hasta la etapa 9. Después, con tantos kilómetros encima, uno se cuida mucho. El principal objetivo es llegar y no se piensa en otra cosa", destacó Patronelli, que desató la locura del público que lo aguardaba en cada una de las localidades de la ruta N° 205 por donde pasó ayer el Dakar.

-¿Cuál fue el tramo que te sorprendió por la cantidad de público?

-En Mendoza fue impresionante la cantidad de gente. Se abría paso cuando pasábamos nosotros. Pero la reacción de la gente en La Pampa también me fascinó.

- ¿Se ven detalles desde el cuatriciclo que te llamen la atención?

-La gente me tiraba con agua, papeles, banderas. Salían corriendo y se tiraban encima. Hay que vivirlo para saber lo que despierta esta carrera. No hay explicación. Si uno lo cuenta, no puede transmitir todo lo que se vive.

-¿Cómo te ayuda en una carrera?

-Con la buena onda. Simplemente con eso. Yo creo mucho en lo positivo y en lo negativo. Y toda esa energía llega y vas para adelante, se siente.

-¿Y qué pasó cuando advertías cosas negativas?

-Por supuesto que eso se siente, pero prevaleció la buena onda. Todo un país estuvo conmigo, eso se sintió.

-¿Cuál fue la clave de tu victoria?

-Se dio un Dakar muy redondo . No salimos a matar, pero con un ritmo de carrera sostenido. Y lo bueno es que todos los días sacábamos 10 o 15 minutos de diferencia. Escuchaba que en algún momento nos íbamos a caer. Pero siempre venía a ¾ de acelerador. En etapas muy largas no tuve problemas. Pinché tres cubiertas solamente en todo el Dakar.

-¿Tan difícil fue este Dakar?

-Parece que resultó fácil por el resultado, pero fue muy complicado, más que el de 2009. Las etapas fueron muy largas, no se suspendió ninguna y la mayoría tuvo problemas.

-Las diferencias obtenidas otorgan mucha tranquilidad.

-Tal cual. Cada día que arrancaba pensaba en la diferencia y me daba tranquilidad. Es un handicap que te alivia.

-Al margen de la experiencia, ¿qué diferencias hay entre Marcos Patronelli segundo en 2009 y el ganador de esta carrera?

-No sé. Me siento mucho mejor, más tranquilo porque ya conozco la metodología de la carrera. Antes era todo nuevo y ahora vine confiado. Alejandro tuvo un inconveniente y no se quedó afuera de casualidad. Hay mucha suerte también. El checo se fue en una curva y perdió la carrera. Si no hubiese sido por eso quizás habríamos peleado el Dakar con él hasta el final.

-¿Cuán importante fue correr junto con tu hermano, Alejandro, que no lo había hecho en 2009?

-Correr con Alejandro me dio tranquilidad, porque sé que estoy acompañado. Desde muy chicos estamos siempre arriba de las motos. Nos miramos y sabemos qué nos pasa a cada uno.

Cancha Llena.com

No hay comentarios: