El RORO Grand Benelux de la empresa Grimaldi, un carguero de 10 pisos de alto y que aguanta más de 37 mil toneladas de peso, comenzó el viaje hacia la Argentina con los vehículos.
Son 710 máquinas entre los participantes y sus asistencias, además de otros 60 de la organización y 50 de prensa acreditada.
Los costos que involucra la operación sorprenden. Atravesar todo el Atlántico en el enorme carguero demanda un gasto de 3,8 millones de dólares, que corre completamente por cuenta de ASO (Amaury Sport Organization), empresa dueña de la carrera.
No hay alternativa para esa compañía: tras la suspensión de la edición 2008 y la siguiente decisión de cambiar África por Sudamérica tenía que subsidiar de alguna forma a los participantes para no sufrir bajas significativas en el número de inscriptos. Al final, de hecho, no las hubo.
Los montos totales del embarque que zarpa de Le Havre (Francia) son amplios: la tasación comercial de todos los vehículos a bordo ronda los 55 millones de dólares y eso que no se cuenta a la totalidad del parque: los inscriptos sudamericanos llegarán por tierra a Buenos Aires en su gran mayoría y las escuderías más poderosas en autos -Volkswagen, Mitsubishi y BMW, con los prototipos más costosos- trasladan a sus vehículos vía aérea para ajustar mejoras y para evitar contratiempo que se pueda suscitar en el viaje marítimo.
El resto estaría arribando entre el 16 y el 17 de diciembre hasta llegar a Zárate, en las afueras de la capital de Argentina.
Los pilotos llegarán, en su grueso, unos diez días después, para vivir las últimas jornadas de tranquilidad antes de la largada, el 3 de enero.
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