viernes, 31 de julio de 2009

Recorrido del Dakar 2010: Argentina y Chile, el desafío en la arena


El tríptico trazado para el Dakar 2010 en tierras argentinas y chilenas promete a cada perfil de piloto una secuencia adaptada a sus cualidades. La prolongada estadía en el desierto de Atacama será el momento culminante de un recorrido de 9000 kilómetros a través del continente sudamericano. Pero el equilibrio general del recorrido, con diversas dificultades, impone a todos, regularidad y vigilancia hasta el final.

Primer acto: encontrar el tempo justo
Hablar de entrada en la materia minimizaría el tenor de las tres primeras etapas del Dakar 2010. Los días serán largos, y no sólo en los enlaces. En algunas especiales consecuentes, los mejores pilotos tendrán la ocasión de tomar posiciones a partir de las cuales podrán capitalizar. La tierra firme será propicia para las proezas técnicas de los expertos de la trayectoria. Sin embargo, deberán convertir rápidamente sus talentos para abordar las primeras pequeñas dunas de arena blanca, que encontrarán en cercanías de Fiambalá.

Segundo acto: ¡las dunas de Atacama!
Los que ya visitaron el Paso San Francisco en el 2009 volverán pero esta vez en sentido inverso. La ruta que lleva hacia allí, conocida como una de las más bellas del mundo, servirá de entreacto antes de lanzarse a la detallada exploración del desierto de Atacama. Las tierras más áridas del mundo, que los competidores descubrirán esta vez hasta la ciudad de Iquique, serán escenario del cruce de la frontera. Durante cinco etapas, con una jornada de reposo en Antofagasta, los pilotos y sus equipos realizarán una inmersión en el norte chileno, donde predominará el kilometraje fuera de pista. Se trata, sin equívocos, de la parte más difícil y larga del rally, con enlaces muy reducidos: el cronómetro no para nunca.

Tercer acto: la ruta de contrastes
Ahora, el cambio de decorado es diario. Si hay una sola palabra para hablar de arena, durante el trayecto de regreso hacia Buenos Aires se experimentarán todos los tipos de suelo, de la duna a la llanura, pasando por la ruta arenosa presente en las colinas de la provincia de Mendoza. Dejando atrás la Cordillera de los Andes, los paisajes, pero también los contrastes atraparán a los competidores. En esta última parte, dos etapas son lo suficientemente largas y exigentes para provocar diferencias significativas. En el momento en que el desgaste entre en escena, las posiciones ya no quedarán fijadas.

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